lunes, 5 de diciembre de 2011

De juventud, playa y sueños de la infancia. La Cumbre Iberoamericana de Jóvenes Líderes

El vuelo

La empresa comenzó el sábado a las 5:40 am saliendo de mi domicilio; afortunadamente mi queridísimo Carlos Ortiz a.k.a. Pelón se rifó pasando por mi con una temperatura de -5º centígrados y en short. El vuelo que me trasladaría a Cancún saldría por la exclusiva aerolínea low cost Viva Aerobus, la cual, para quienes no han tenido la oportunidad de utilizarla, es como el Flecha Amarilla de los cielos.

El deal en esta aerolínea comienza con la democrática repartición de lugares al viejo estilo de "comovayanllegando", sin embargo, como buena empresa mexicana, siempre hay espacio para el influyentismo y el cochupo para asegurar un asiento privilegiado. En este vuelo mañanero le tocaron los honores de la chacalada a la mismísima reina grupera, Ana Bárbara, quien unos treinta metros antes de llegar a la sala de abordaje se desarregló el pelo y se puso lentes obscuros a la usanza del Tío Cosa con la finalidad de los demás piojosos pasajeros no descubriéramos su famosa carita de alien. Entonces, ya caracterizada de Tío Cosa, se montó en una silla de ruedas (empujada por un empleado de la aerolínea), pesco a su chamaco (también con su respectiva carita de alien) y emprendieron la carrera para pasar totalmente inadvertidos (si ajá) hasta su asiento en primera fila del avión.

El avión, no estaba mal, sin embargo no era el avión más nuevo que he conocido, digamos, no era de hélices como los de Aeromar, pero en el baño todavía hay un depósito para desechar las navajas desmontables de tu rastrillo. Lo que si alteró un poco mis nervios fue el hecho de viajar sentado en un perfecto ángulo de 90 grados las dos horas del vuelo y que además el jóven de modales delicados, que fungía como aeromozo, se atreviera a pedirnos enderezar nuestras asientos antes del aterrizaje. A punto de llegar a nuestro destino, recibimos una advertencia de nuestro piloto, el Capitán Medina, sobre una pequeñísima turbulencia que estaríamos a punto de experimentar, situación que, debo confesar, me puso un poco inquieto principalmente por la noticia del fallecimiento de Blake Mora el día anterior. Comenzó el show de la turbulencia y el avión empezó a dar frecuentes saltos de sube y baja, a lo que los pasajeros, aunque principalmente las pasajeras, respondían como con grititos/risitas de nervios que seguramente han escuchado los que hayan visitados las tazas locas de la feria de Mixcoac. Afortunadamente el asunto no pasó a mayores y logramos aterrizar perfectamente, sin embargo la situación me puso a pensar en una profunda reflexión:

La etiqueta aeronáutica nos indica que tenemos que actuar con total frescura y relajación ante cualquiera de los movimientos atípicos dentro del vuelo con el objetivo de no parecer el único estúpido que nunca se había subido a un avión, además de que cualquier muestra de emoción al aterrizar esta terminantemente prohibida. Pero el día de hoy, amigos míos, yo quiero decirles: YA BASTA!!! Aunque treparse en un avión sorprenda a pocos, no podemos negar que estamos a miles de metros arriba del piso, que si cayéramos nos haríamos pedacitos, que no se ustedes, pero a mi me cuesta trabajo creer que esas llantitas del tren de aterrizaje aguantan tanto peso; además, que levante la mano el que de niño no quiso ser piloto (además de bombero, futbolista y Thundercat) y que no vea con admiración a estos cabrones que si cumplieron su sueño y lo hacen todos los días. Sumado a todo esto tenemos en la sangre el desmadre, la emoción y los gritos, es por ello que propongo una reivindicación nacional del aplauso al piloto, es más, voy un paso más adelante: la porra al piloto, y no solo un shiquitibum, sino una porra pensada, algo así como: --puerta, alerón, turbosina--puerta, alerón, turbosina--arriba, arriba, el capitán Medinaaa!!!!! Así que, si algún día me encuentran al frente de la cabina haciendo ademanes del Jagger de Cachún Cachún Ra Ra, pienselo dos veces antes de criticarme y únanse al festejo.

La Cumbre

El objetivo del viaje era mi participación en la 4a Cumbre Iberoamericana de Jóvenes Líderes, un evento al parecer de altísimo nivel del que esperaba obtener grandes dividendos. El evento estaba diseñado en dos partes que alternaron a lo largo de los cuatro días de la cumbre. La primera, una serie de conferencias dictadas por tipos de 50 años para arriba explicándonos que hacían los jóvenes, que pensaban los jóvenes y que querían los jóvenes en verdad, ademas de alentarnos con frases nunca antes mencionadas como "ustedes son el futuro" o mejor aún "ustedes no son el futuro, son el PRESENTE". También tuvimos la inauguración a cargo de Roberto Borge, gobernador constitucional de Quintana Roo, quien cuenta con la distinguida particularidad de ser el gobernador más jóven del país con 31 años de edad. Nuestro querido gober, se le nota todo menos lo jóven, llego con una cara solemne como de informe de gobierno y se dedico a hablar de absolutamente nada durante 35 minutos; paso de repetir al menos 4 veces que era el gobernador más jóven (sin agregar ningún adjetivo extra que nos hiciera pensar que además de jóven era inteligente, gran estadista, exitoso o cualquier otro etcétera) a platicarnos que Cancún es la segunda marca mexicana más conocida del mundo, pasando por datos vagos como que su estado recibe 15 millones de turístas (nunca supe si al día, al mes, al año o en la historia de su Estado) o de como teníamos que poner atención en los brasileños o en los chinos, que son un chingo y que les gusta viajar, pero ojo, nos dijo que no son de los turistas que nomás viajan, sino que son de los que les gusta conocer y hacer actividades y así (clarísimo ¿no?). En fin, a media Cumbre gozamos hasta el éxtasis con la conferencia Democratización de la Educación, en la que un ojete del Tec de Moterrey se dedicó a hablar sobre como llegó a la punta del Everst gracias a haber estudiado en el Tec, cómo es mejor que todos nosotros por ser del Tec y de cómo los demás somos una bola de idiotas por no haber estudiado en el Tec, además de por supuesto, platicarnos sobre sus planes de estudios. [PFFFFFFFF]

Por el otro lado, tuvimos las multiples participaciones de nosotros los jóvenes, donde la gran mayoría son o fueron estudiantes de Ciencia Política de distinguidísimas universidades españolas, de Sciences Po en Francia o como yo, de la tres veces H [favor de ponerse de pié y en caso de estar usando algún tipo de sombrero, bombín o bonete retirarlo de su cabeza] FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO. El caso fue, que en vez compartir las experiencias o casos críticos en nuestros países, debatir sobre las nuevas teorías sociales o construir modelos innovadores de desarrollo social, el hilo conductor fue como el gobierno debe de fomentar la participación ciudadana y de los jóvenes (dado que ese era el tema) a través de Facebook y Twitter  -_-  En el momento en el que yo pretendía expresar mi amarga queja sobre la vanalidad e improductividad del tema, se aparece en la mesa, 20 minutos tarde, un gordo venezolano arrebatando la palabra del enclenque moderador argentino, para poner orden en la discusión. En dos minutos puso como lazo de cochino a los líderes 2.0 reclamando que al menos en su país, y seguramente en el resto de América Latína a la gran mayoría de los jóvenes, les viene valiendo madres lo que pase en el Twitter y en el Facebook dado que... NO TIENEN!!! y además de que no tienen Twitter y Facebook, no van a la escuela, y además de eso se encuentran profundamente preocupados en conseguir trabajo para mantener a sus hijos y a la esposa de 15 años!!!! Pues clarooooo, el gordo tenía toda la boca llena de razón, y más a su favor, si los jóvenes politólogos nos limitamos a hablar en este tipo de cumbres sobre las redes sociales, jamás seremos tomados en serio y hasta que las arrugas nos traicionen, unicamente seremos mencionados por compromiso como "El futuro del país" 
Palabras más palabras menos, se comenzó a armar un bloque antiredesociales entre el venezolano (que por cierto no era Chavista), el chilango inteligente-galan (yo mero) y un hidrocálido priísta. Al ver de lejos el alboroto que se estaba armando, una española organizadora de la cumbre, se acercó a nuestra mesa a intentar calmar los ánimos. El problema fue que lo único que alcanzó a escuchar fue "estatus de Facebook" y ella, feliz y propositiva, apuntó lo maravilloso de la idea y además propuso que hicieramos un ejercicio, donde cada uno de nosotros pusieramos en nuestro FB los temas que se estaban debatiendo aqui para que nuestros amigos en otras latitudes los comentaran, teniendo así un verdadero ejercicio de participaión ciudadana. No bueno... nunca lo hubiera dicho, lo único que logró es que redoblaramos esfurzos en intentar colocar un tema distinto en la agenda, a lo que nos respondió con un amable: "por que no paramos un ratito la sesión, tomamos un cafecito y regresamos en una media hora" Esta lapidaria frase fue mi clave para abandonar los pantalones de lino y la guayabera y dirigirme sin escalas al bar de la alberca para desquitar el All Inclusive. 

Ya con una bebida refrescante en la mano y mi impactante cuerpo de dios romano sumergido en la alberca, vi llegar a la desbandada de descepcionados de la Cumbre deseosos de tomar el sol y echarse una cuba. Nos acabamos reunioendo todos y con la maravillosa vista de las playas Cancunenses instalamos formalmente la Cumbre Legítima. Aunque ustedes no lo crean fue una cumbre muy productiva, debatimos de distintos temas de la realidad nacional, compartimos experiencias exitosas del trabajo de algunos gobiernos con los jóvenes, aprendimos un poco más de la situación en Venezuela, entre muchos otros temas y muchas bebidas exóticas. 

Finalemnte podría contarles algunas de las concluisiones que dieron los líderes jóvenes, que me provocaron risa y pena a la vez, sin embargo concluyo con algunas frases de la que a mi parecer fue la única conferencia rescatable, a cargo de Marco Enriquez Ominami (candidato a la presidencia de Chile en 2009 y no tan jóven, 38 años).

Comenta sobre el movimiento estudiantil en Chile, dice que lo sigue muy de cerca y le gusta mucho leer y oir sus propuestas, sin embargo señala que el gran problema es que la mayoría de los involucrados no estan dispuestos a involucrarse activamente en la política formal.
Ejemplifica este riesgo con el caso de España, donde miles de personas salieron a las calles a manifestarse, se crearon un sinnúmero de movimientos,  pero ninguno decidió intentar cambiar las cosas desde adentro, desde la "política formal". El resultado... la presidencia en bandeja de plata para un añejo político como Mariano Rajoy.

Apunta también que dejemos de lado el trillado discurso de que los jóvenes van a cambiar al mundo, porque la condición de jóven no garantiza ningúna transformación; involucra que haya un proceso, una determinación de participar y modificar el presente. Y retoma sin saberlo nuestro tema diciendo que ha leido una cantidad importante de "papers" (o ensayos) de gente de menos de cuarenta años donde se toca repetidamente la importancia de las redes sociales y ni uno solo, por ejemplo, redefiniendo a la izquierda y la derecha.

La conclusión

Ustedes disculparán la seriedad de esta última parte del post, pero en verdad creo, como muchos más, que debemos parar con nuestras quejas interminables, estan bien y algunas construyen, pero nuestra responsabilidad debe de estar centrada mayoritariamente en lo que podemos hacer; hay que comprarnos causas y proyectos, pero entendamos que no se van a consolidar retuiteándolos, entendamos que la política y los partidos son una herramienta importantísima para el desarrollo y la transformación de un país, y que si hoy en día estan en manos de corruptos, rateros, idiotas, mochos, pinchesgatos y populistas, la solución no es desaparecerlos, sino ocupar sus espacios.

---- Con especial dedicatoria a todos mis amigos jóvenes, de distintas banderas, colores y ámbitos, que día con día están trabajando y poniendose al tú por tú con la vieja guardia con el objetivo de construir una mejor realidad-----

XOXO
Gossip Girl

aah no verdad....

Saludos,

Yo mero
















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